El Frijol

Frijol es nuestro gato. Vivía con nosotros desde hace 5 años. Lo hemos visto crecer y pasar de ser una bolita pachona de nariz rosa al Señor Don gato que es hoy. Desde que nació Andreu se había portado muy bien, pero ahora que el bebé comienza a hacer sus prácticas de gateo el Frijol andaba un poco nervioso. Hace dos días Andreu alcanzó al Frijol y éste reaccionó como el felino que es, dando un zarpazo al bracito de nuestro hijo. Alcanzó a arañarlo un par de veces antes de que corrieramos a cargarlo asustados viéndo cómo lloraba de miedo y dolor. El arañazo no fue grave por suerte, pero ya no podemos arriesgarnos y dejar que Frijol viva con nosotros. Estamos muy tristes con esta situación. Abrir una lata de atún o el paquete de jamón, todavía nos hace escuchar al Frijol vuelto loco maullando y pidiendo su correspondiente bocadito. Llegar a casa tampoco es lo mismo, antes Frijol nos recibía en la puerta y se tumbaba de panza esperando nuestros mimos o decidía que era el mejor momento para escapar y dar un paseo por las escaleras del edificio. Nunca pensé que me fuera a afectar tanto una situación como esta. Estamos buscando una nueva familia para Frijol. Y como dijo la mamá de un amigo un día: los gatos dejan pelos pero son muy amorosos.