17 junio, 2007

Lo diré con palabras prestadas.

"Tal vez nos sea útil saber que vale la pena tener paciencia y comprender que todo lo que vivimos confusamente en ese momento (el puerperio), algún día nos permitirá mayor visión y claridad y, seguramente mayor autocomprensión, especialmente si nuestra identidad se entrega y fusiona con una conciencia superior. Es verdad que no nos reconocemos en el espejo, que una parte importantísima de nosotras mismas ha desaparecido, sin embargo, la maternidad nos enseña que no necesitamos depender tanto del mundo exterior, sino que tendremos que aprender a valorarnos y a conocer nuestro yo profundo." (1)




"Tener un hijo pequeño en brazos es una puerta de acceso a las profundidades de nuestro ser."(...) "Las madres tenemos miedo a las aguas oscuras de nuestra propia psique. (...) El puerperio es el momento de liberación. Es la vuelta a casa. Es un volver a empezar con mayor claridad y conocimiento de nuestro destino. La presencia del niño trata de dejarnos <dormidas> o inconscientes, para que podamos ingresar mejor en la dimensión intangible de la paz interior. El niño viene de la sombra, recuerda aún muy cercanamente su forma no física, nos trae noticias del más allá, de nuestra alma, e intenta, gracias al llanto de la noche, mantenernos cerca de ese yo original que pretendemos olvidar.

La noche, la muerte, el inconsciente y la maternidad son una misma cosa, viven todos en el mismo reino y están regidos por leyes similares. No es posible concebir, dar a luz y criar a un niño sin estar dispuestas a acercarnos a los misterios de la muerte. De hecho cada noche que pasamos sin dormir nos acercamos un poco más a esos lugares entrañablemente oscuros. Por eso, no es indispensable dormir cuando los demás duermen... podemos dormir cada vez que el bebé duerme... y, en medio de la noche, espiar y averiguar dónde se reúnen los místicos y los ángeles para jugar. (2)



(1) Gutman, Laura. Crianza, violencias invisibles y adicciones. Ed. Nuevo Extremo. 2007. pág. 20
(2) Íbidem, pág. 27

6 comentarios:

marielo dijo...

No MANCHEEES!!!! Esta enooorme y bellísimo Andreu!!!!...
híjoles que ganas de verlos Gaby... ojalá que podamos antes de returnear a Chiwuas...
les mandamos uno besos inmensos y múltiples apapachos

Gabriela dijo...

Marielo! cuando se van a Chiwas?? por favor veamonos antes. El otro dia lei que tuviste a Gaby Pedroza por Bilbao...que padre. Cuenta, cuando se van? besos.

Anónimo dijo...

Que delicioso regalo, reencontrarte en tu pequeño mundo interior que tan generosamente dejas asomar.
Interesantes puntos de vista de esta mujer especialista en la materia del puerperio. Y tu que opinas?
Yo solo sé que estas preciosa desde que eres madre.Miqueridagaviota.
La abuela.

Anónimo dijo...

psss a mi me vale gorro..pero tu te ves hermosa junto a al andreu que es un sol.

los quiero mucho hermana.

Gabriela dijo...

Muchas, muchisimas gracias mamá y hermana. Gracias por leerme, a veces inspirada, a veces queriendo decirlo todo pero tener que usar palabras prestadas.
las quiero!

Luisa dijo...

Gaby, gracias por tus palabras. He encontrado que ademas de todas las nuevas y ricas experiencias que se tienen al ser madre, la velocidad con la que se va el tiempo en nuestras vidas, se detiene por un momento y nos permite asomarnos a nuestro interior.
Un beso para ti y tu hijo, que esta hermoso...Ah y gracias por el libro, te paso el nombre del que yo use para apoyarme, es de Penelope Leach se llama Your child from birth to five years.
Besos