24 abril, 2008

Confieso que sentí envidia (verde y pecadora)

Según Wikipedia, "la envidia es un sentimiento experimentado por aquel que desea intensamente algo poseído por otro. La base de la envidia es el afán de poseer y no el deseo de privar de algo al otro, aunque si el objeto en cuestión es el único disponible la privación del otro es una consecuencia necesaria".
Esta manana sentí envidia, surgió de dentro de mí sin control. Me sorprendió mucho sentir envidia, me averguenza un poquito y me gustaría no haberla sentido pero la historia es la siguiente: a principios de este mes un sujeto fue contratado por la empresa en la que trabajo. Vino el lunes, luego el martes y el miércoles llamó para avisar que no podía trabajar más por circunstancias personales que no sería muy honorable por mi parte explicar aquí. El punto es que el tipo en cuestión trabajó solamente 2 días. Le dijo al jefe -no me pagues, no hay problema- pero el jefe dió la orden de pagarle lo correspondiente a dos semanas de sueldo. Sus dos semanas de sueldo superan lo que yo gano en un mes. Y me da gusto que haya gente generosa en el mundo, y que aunque solo trabajes dos días te paguen quince (aquí encaja aquello de "...no el deseo de privar de algo al otro"), pero lo que no acabo de entender es por qué la riqueza está tan mal repartida en el mundo, por qué entre más tengas má tendrás, y por qué aunque tengo dos títulos universitarios y hablo 3 idiomas no sé cómo le voy a hacer para pagar la escuela de verano de Andreu, que cuesta casi quinientos euros y a la que, por cierto, necesito que vaya porque durante los meses de julio, agosto y la mitad de septiembre, las guarderías permanecen cerradas y yo tengo que trabajar. Así que no puedo encargarme de él porque trabajo para pagar que alguien lo cuide (funny, isn't it?).

Wikipedia añade: "El escritor Miguel de Unamuno afirmaba que la envidia era el rasgo de carácter más propio de los españoles y escribió para ejemplificarlo su novela Abel Sánchez, en que el verdadero protagonista, que significativamente no da título a la obra, ansioso de hacer el bien por la humanidad, sólo recibe desprecio y falta de afecto por ello, mientras que el falso protagonista, que sí da título a la obra, recibe todo tipo de recompensas y afecto por lo que no ha hecho, ya que es el tipo de persona que cae bien a todo el mundo porque no vale para nada y puede ser despreciado en secreto y no nos hace sentir mal a causa de nuestra inferioridad."

Mi consciencia yogui me recuerda que puedo tener un sentimiento determinado, obsérvalo y déjalo pasar, me dice, no lo juzgues.

Bueno, ya me desahogué.

3 comentarios:

marielo dijo...

Gaby, me encuentro con muchas noticias en tu blog!!, sólo quería decirte que acá seguimos esperándoles, leyéndote y extrañándolos. Un besote grande a los hombres de tu vida y todo mi cariño para ti

Gabriela dijo...

Marielo bonita!! no andabas muerta, andabas de parranda!!! hace tanto que no escribes, y tanto que no sabía de tí que nomás de leer tu recadito me acordé de montones de historias compartidas. Buena idea que se den más. Abrazos y besos para tí y Don Niko.

Anónimo dijo...

Ya ves amiga? Vente a Mexico! aqui
esas injusticias no suceden (suceden otras... jajaja).
Besos,
Ceci