
El buen mediterráneo.
Cielo limpio y muy azul, pueblito de pescadores, artistas y bohemios. Casa de Salvador Dalí y rinconcitos surrealistas. Paisaje de paz. Sensasión de libertad. El faro de Cap de Creus. Comida de reyes. En pocas palabras una escapada de fin de semana a Cadaqués, te deja cargado de pilas para el resto de la semana. A sólo 2 horitas de Barcelona, entre las montañas, pasando una carretera colmada de olivos, se encuentra este blanco pueblo, a la orilla del mar mediterráneo y desde cuyo horizonte se divisa la frontera francesa. En invierno está vacío y el viento de locos puede llegar a soplar, pero en verano no hay nada como darse un chapuzón saltando desde las rocas y disfrutar en serio de la transparencia de su mar.
1 comentario:
ya quisiera yo poder estar en ese lugar y perderme entre olas y azules, porque a veces vivir en la civilizacion es aburrido y rutinario....a veces pienso que soy un pajaro
gracias me hiciste suspirar con la idea
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